Soledad

La soledad de la que quiero hablar es azul, es suave. Disponer del tiempo como si fuera arena mojada para moldear. Es fácil estar así solo, porque sabes que no lo estás. La otra soledad, la que llena el día de horas, esa, es como un traje de acero.
Después del viaje por España, después de los viajes por México con Rosa, echaba de menos esos momentos en los que nada existe, en lo que todo es lo que quieras que sea, un libro que abandonas, un cielo que no dejas de mirar, una música religiosa, un hondo devenir, un silencio blanco. Es una soledad que siempre he necesitado después de un ir y venir ya sea laboral o de ocio, es un pararme a encontrarme con la vida que sino se aleja como desatendida. Así fue la mañana del jueves. Yo, solo yo, y poder desdibujarme junto a este ángel que cuida la casa, que de tan presente ya no somos visibles.

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Para que yo sepa que al otro lado hay alguien