Navidad de plastilina

Quiera o no quiera uno llega la Navidad, como llega lo inevitable una y otra vez, lo vivo distinto aquí en México porque no hace tanto frío como en Madrid, porque todavía no he visto turrón, y porque la familia y los amigos y las cenas y las comidas están lejanas. Encuentra uno a su paso decoraciones típicas, luces enredadas en las ramas de los árboles o angelitos que espían los pasos de uno, nacimientos o belenes en portales, públicos o privados, que dejan una rendija para que los curiosees. He sorprendido a Papá Noel colándose por chimeneas o entrando por balcones. En fin, lo mismo que en España.
Lo que más me ha gustado, por eso lo comparto con vosotros, fue este Nacimiento realizado por las limpiadoras (departamento de intendencia) del hospital al que voy a mi revisión oftalmológica en San Luis Potosí. Yo, gran huidora de estas fiestas, me quedé un buen rato fascinada por la recreación en México de los hechos, del tan lejano Belén, que ahora se conmemoran. Tomé y tomé fotos porque me quedaba prendida con todos los detalles, el río, los cerditos, los árabes en su jaima, los Reyes Magos, José y María embarazada en la burra, José y María con el niño ya cobijados en el portal, un diablo que por algo será que me salió desenfocado y otros detalles que a continuación se podrán ver, lo que les pido es que no dejen de fijarse en las narizotas de todos los personajes:



Me dijeron las limpiadoras de intendencia, nerviosas junto a su obra, que participaban en un concurso de todo el hospital y que al rato llegaban los jueces.
Y, aunque me resisto caigo siempre finalmente en el espíritu navideño.

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