Semana volatil

Ha sido una extraña semana, volátil es lo que quiero decir. Miro y remiro fotos y apuntes y quedó grabada en barro, luego diluvió.
Hubo cenas y comidas y películas y los cinco tibetanos por la mañana, y mucha paz, mucha paz, quizá por eso no quedó huella de la semana, quizá porque no llegó el periódico ni un solo día y llegué a olvidar lo revuelto que está el mundo.
O porque he estado clasificando los poemas sin clasificar de Alejandro y quizá eso también me lleva a otro mundo, a otra época, incluso a un futuro posible.
O porque hubo un cambio de mes, o el cumpleaños de Adolfo allá en España, o quizá sea el día de hoy tiene niebla, aunque se vea un cielo inusualmente azul en esta inmensa Ciudad de México.
O porque veo unas fotos mías de ayer y de anteayer rodeada de gente sonriendo y no me reconozco (también está mi sonrisa en la foto).
En fin, volátil, ya pasó.

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