Toda la semana

... ha sido especial, ya con un pie en España, pienso y siento que tener dos países es un lujo. Después de un año y dos meses y un día en México dedico la semana a cerrar, a despedirme y a empacar. Conocí la Fonoteca Nacional, viaje otra vez al alma del MartíS, me encontré en el camino con la fortaleza que supone tener a RobertoB, el médico homeópata que me heredó Alejandro, y una charla en los azulejos de Sanborns con CarmenC, después de la fiebre de libros que se desata en la Feria del Palacio de Minería.
Cumplí años y siento que cumplí cero años, que comienzo la mitad de mi vida, una nueva etapa, un camino nuevo con mi mochila cargada con lo vivido durante cuarentaysiente. Tengo ganas y curiosidad. Cumplí años el día dos y celebre mi despedida, reuní a los amigos que han permanecido junto a mí en estos meses, que me han facilitado la distancia y han disuelto la soledad cuando era muy densa.
Se estropeó el agua, se fue la luz, como si la inquietud que me embargaba se la contagiara a la casa, a la ciudad, repentinamente llovió torrencialmente el sábado, y el domingo, por la tarde siempre.

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