Carlos Franco. Cuajo

Me gusta el pintor Carlos Franco por las historias que narra en sus cuadros. Desde que vi por primera vez una exposición suya, hará unos quince años, al detenerme a mirar un cuadro empieza a aparecer un hilo narrativo, son cuentos que suceden en un mundo diferente, en una mitología posible. 
Profecía Leonardo
Esta semana inauguró en la galería Malborough, en la sala pequeña, pocos cuadros y de pequeñas dimensiones. Este puede ser uno de los más grandes: 115 x 63 cm. Pasé a verla en la soledad del día siguiente a la inauguración, el viernes. Con Ángeles, con John, con Carlos. Elegí este cuadro.
Ahora que veo el ángel rojo, recuerdo que días después soñé con una esfera armilar de círculos homogéneos, situada en lo más alto de un edificio de Madrid. Era de hierro negro, su diámetro era mayor que mi altura, en los cruces de los círculos reposaban los ángeles de la ciudad. Nunca uno solo. Pares o grupos. Se mezclaban clásicos y modernos. Yo rodeaba la esfera para elegir qué grupo fotografiar para regalárselo a mi hermana Ángeles, su deseada foto para el perfil del WhatsApp.
No quiero cerrar sin decir que la palabra 'cuajo' la ubico en el pueblo de mi madre, un pueblito de Burgos, la sitúo en la boca de mi abuela que era silencio puro. CUAJO.
(cont.)
Regreso días más tarde a completar esta entrada porque el azar me hace llegar a este enlace en el que el pintor habla de su exposición:
http://www.ceumedia.es/reproductor/22835/n89-carlos-franco-pintor. Una visita guiada de ocho minutos inolvidables.

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