Y el domingo descansé

El lunes 14 de septiembre volvió Elena, eso quiere decir que mi economía reflotará y mi soledad quedará bajo la línea de flotación. No tengo duda de que el resultado final es adecuado. Llego un tanto rota, pero a la vez muy entera. La pregunta es cuál de las dos características es más máscara. Me refiero al inconsciente. Quizá depende del momento. El cambio ha alterado mi rutina, sé que no tardaré en recuperarla.
El lunes también volví a yoga con Flo, echaba de menos el relax absoluto al que me lleva su clase, algo que no me sucedía con la modalidad de Bikram. Estaré en septiembre con ella. Dice que soy su talismán, porque fui su alumna-fundadora cuando abrió su local, caído del cielo, frente a mi casa, allá por el año 2007?.
El miércoles acabé Whasington Square, una novela menor, como califica mi querido Henry James.
El jueves fui con Elena a ver Inside Out, quizá por deseada no cumplió las expectativas, me gusto verla con ella. Simplemente no me pareció película para la tertulia.
El viernes vino un "Iago", gracias a Wallapop a llevarse el escritorio Mikael que iba a tirar. Se aligeró la habitación.
El sábado fue la fiesta sorpresa 50 cumpleaños de Adolfo. Nuevo Baztán un lugar por descubrir. Reencuentro con compañeros de la universidad, un poco más calvos, un poco más viejos, un poco más felices. Y bailé y bailé. Y el domingo descansé.

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