Reunión familiar e Hitos

Es buena ocasión para decir algo de la familia. No nos hemos elegido, pero las infancias mezcladas crean un vínculo inextinguible. Creo que seguimos siendo niños, o al menos seguimos bromeando de la misma manera, aunque ya no juguemos a los soldaditos de plástico. Aunque claro si hablo de los juegos infantiles, se impone la diferencia eterna entre los mayores que siempre lo fueron y los pequeños que no dejaremos de serlo. Nos sentamos en torno a esta mesa del salón, madre, hermanos y la visita de la familia que llegó de Burgos, Inusual. Ocasión para que mi madre cuente historias lejanas de su juventud, de su pueblo. Importante. 

Hitos. Conocí a una mujer con este nombre. Imagino que un nombre así marca una personalidad. Había quedado con Luz, más allá de los veintitantos años de tertulia en la que nos encontramos una vez al mes, era una oportunidad de vernos en otro escenario. Pero al escenario del viernes por la tarde se subió además esa mujer que acaparó la escena. No sentí intrusismo porque Luz la había invitado. Me da pudor definirla. Tenía una mirada profunda en un rostro sin atractivo. Como una zarigüella. No era capaz de imaginar cómo habría sido en su juventud. Comenzó a hablar con ese hilo continuo de los que han hecho muchas cosas, han estado en muchos lugares, han conocido por tanto a mucha gente. Crecía mi admiración. ¡Cuánta vida tiene dentro esta mujer! era mi pensamiento constante, mientras ella contaba sus experiencias de teatro con los alumnos del instituto. ¡Qué fortuna para alguien creciendo caer en sus manos! Luciérnaga.

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