Magia entre exámenes

De todo lo que aconteció en la semana, anotado cuidadosamente en la agenda: examen el lunes sin gafas, examen el viernes con gafas, las olvidé, las buenas y no pasó nada. El jueves la película de Basilio Martín Patino "Los paraísos perdidos" en TVE. El viernes fui a la peluquería y el sábado al estreno de "El ruiseñor y la noche. Chavela canta a Lorca", de Rubén Rojo. El domingo fue un largo día familiar, cumpleaños de Rosa, y reencuentro con mis sobrinos, a algunos no veía desde Navidad. Reencuentro con adultos que parece se han hecho grandes en dos días.


Todo nuevo y viejo, como el cielo azul sobre nuestras cabezas, nada era rutina pero enseguida se lo engulló el tiempo. En la foto capté un instante que no quiero que desaparezca, por si acaso la magia no pervive. Miraba ese cuadrado de cielo que enmarca la ventana del estudio y la barda que me separa del patio de Lope de Vega, con la mirada perdida en un recuerdo de un libro lejano y presente eternamente, "la balada de la cárcel de reading". Cuando cruzó el cielo esa bandada de pájaros emigrando, en forma de uve que van renovando con constancia, pasó esa y varias más, y se diluían mientras cruzaban mi limitada libertad. Guiñé los ojos, y seguían ahí. Presentes como el tictac de un reloj al fondo del pasillo. Como Wilde. Como Aura.
De todo lo demás habría tanto que contar, de esto sólo lo escrito en este párrafo.

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