Memorizar un poema

De los días en San Luis Potosí quiero contar un detalle de una conversación con Angélica, de las muchas horas que se fueron dando de plática. Quise compartir con ella esta experiencia: cuando comencé a memorizar poemas de Alejandro jamás pensé que sería tan significativo. He descubierto la compañía que hacen; es como sacar un conejo de la chistera cuando ni eres mago ni tienes chistera, de repente aparece el poema ocupando un tiempo muerto en el avión, en el autobús, en una sala de espera, antes de dormir. El poema comienza a hacerse independiente, lo que había sido sobretodo un esfuerzo de aprendizaje “ciertas minucias magníficas”, c m m, c m m, …. va progresivamente adquiriendo cuerpo, emoción, significado. El poema se va convirtiendo en la esencia del poema.

El último poema aprendido: “Como todas las vidas que sabemos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para que yo sepa que al otro lado hay alguien