Proporción aúrea y fractales

De los libros que leí en la paz de Amatlán, quiero destacar "El código secreto", de Priya Hemenway, porque me devolvió el placer de las matemáticas, aquí intentando explicar el misterio del universo. Dio la casualidad que la lectura era muy acorde con el lugar.
El código secreto es el número áureo: Φ. Ya me había encontrado con él hace unos diez años cuando tuve que diseñar un jardín, en un cuadrado de 30x30 cm, y utilicé como base un cuadro de Mondrian, entendí que tantas veces la magia que te atrapa de una pintura tiene que ver con las proporciones, y en muchos casos con la proporción áurea.


Dos cosas destaco de esa lectura, el acercamiento a la figura de Fibonacci, de quien recordaba apenas el nombre de su serie matemática; y, que por fin pude acercarme al concepto de fractal, concepto que me persigue hace tiempo y al intertar asirlo se me escurría como puñado de arena. Por lo menos en esta ocasión comenzó a entrarme en la cabeza, como no es una geometría euclidiana, la que hemos aprendido y vivido, cuesta entenderla. "Del mismo modo qua le esfera es un concepto que incluye gotas de lluvia, pelotas de baloncesto y planetas, los fractales comprenden nubes, líneas de costa, relámpagos y árboles", (pág. 125).

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